Una excursión cada día

Quien fue aquel que dijo “no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes...?” En mi caso no he perdido nada, porque todo lo he dejado en Barcelona, pero eso si, nunca hubiera dicho que echaría tanto de menos la comodidad de trabajar cerca de casa, pero sobretodo.... mi queridísima moto. ¿Porque os digo todo esto?

Ahora os voy a narrar solo mi hora y media de idea al colegio ¿hora y media!? si, y con todo tipo de transporte que nunca hubiera imaginado que pudiera coger...

Primero empezaremos por el jeepney. El jeepney,  al cual yo he bautizado como “lata de hojalata”.  Es uno de los transportes más famosos de Filipinas, sale en todas las guías, ya que los propios conductores  lo construyen ellos mismos. Es el transporte utilizado por la clase media-baja, vale unos sencillos  8 pesillos (16 céntimos de euro). Hay centenares de ellos y son los que  contaminan las ciudades. Su recorrido va de un punto A aun punto B y puedes bajar en cualquier momento picando al techo o diciendo un simple “para”. Has de tener cuidado con ellos si eres peatón porque tienes muchas posibilidades de que te atropellen.

 Después de mis 5 minutos dentro del jeepney llego a la parada del MRT, para los occidentales el tren, para mi la “lata de sardinas”.  Si tienes suerte a lo mejor consigues entrar en el primer tren, sino en el segundo, sino en el tercero y sino... acabas por empujar, empujar y empujar y entras sin casi poder respirar. ¿Cogerte a una barandilla? ¿Porque? ¡no es necesario! ¡ni las moscas pueden pasar de lo apretadas que vamos! Buenas noticias, hay vagón solo para mujeres, malas noticias, a veces las mujeres son peores que los hombres, apretan, empujan y... te miran con cara asesina...¡Si has conseguido salir del tren sin tener que pisar a nadie has tenido mucha suerte! Me cuesta cada semana 100 pesos (unos 2 euros). Pasan a la hora que quieren y cuando pueden...

Después de esos 15 minutos tan maravillosos, llega el Fx, el Fx, es un tipo jeepney PERO es para la clase media-alta, eso que quiere decir, que ya es un coche con aire acondicionado y puedes subir a el por el precio módico de 25 pesos (50 céntimos). Va de un punto A  aun punto B y al igual que el jeepney has de decir “para” para poder bajar. ¿De momento parece que este sea el mejor transporte verdad? ¿Sabias que en un coche pueden caber más de 10 personas? ¡pues si! ¡se puede! ¡tu apretas, apretas y apretas, que te conseguis un huequecito en el coche! Tengo aproximadamente un recorrido de 20 minutos.

Y en la posición última, y no por ello es el menos útil, puedo llegar a subir a un tricicle. El tricicle es una moto con un sidecar y es para la clase media-baja-baja. Te cuesta 10 pesos (20 céntimos de euro). Hacen recorridos cortos, no suelen entrar en las carreteras grandes ni en las ciudades, suelen estar en los extrarradios o en los poblados y puede llevar entre seis a diez personas. Y si quieren te cogen y sino pues les da igual.

Pues así os he explicado los diferentes transportes públicos que cojo cada día... ¿quien dijo que ir a trabajar no era una aventura? ¿nadie? ¡pues yo lo digo ahora!