Después de esto y el volcán… podemos decir que ya somos unos
¡expertos aventureros jejeje!
El inicio de la aventura, como no, empezó accidentado,
después de un año y medio en Manila parece que no hemos aprendido la lección
de: “día de pago + día de puente largo + 8.00 pm + mucho tráfico = no hay taxis o los taxis no te cogen” Después de estar una hora intentando que
alguien nos llevará desistimos y muy decepcionados nos íbamos a ir a casa cuando…
¡¡un taxi nos quiso llevar!!¡¡ Viendo que estábamos desesperados nos estafo
pero… no podíamos decir que no!! El bus salía a las 10.00 y llegamos a las 9.45
ufff…. Pero la cosa no acabo ahí… al abrir la cremallera de mi mochila para
sacar el jersey se rompió a pedacitos… y es que el viaje no podía empezar más
mal….
Después de 9 horas en un bus congelador, ¡eso era peor que
el polo norte! Consiguieron que me pusiera dos camisetas, la sudadera, el
impermeable y una toalla encima llegamos a Banaue a las 7 de la mañana. Ahí nos
esperaba nuestro guía con un grupo de 3 chicas y un chico filipinos a los que
nos hemos unido todo el viaje ¡muy simpáticos! Se preocupaban por nosotros
cuando nos veían perdidos a la vez que nosotros nos preocupábamos de ellos en
los momentos de montaña porque iban… poco preparados….
1er Día: Pueblo de Batad, pueblo nativo a dos horas andando
por medio del bosque, no llega la carretera, está en medio de arrozales, que
puedo decir ¡espectacular! Fuimos a ver unas cascadas y para no perder la
costumbre nos cayó el cielo, y por no decir, vimos un desprendimiento de
montaña justo delante nuestro… cosa nunca vista y algo peligroso sobre todo
cuando tu guía dice ¡oh oh! Eso es mala señal…
2do Día: Vuelta a Banaue y cogimos un jeepney que nos llevó
a Sagada. Estuve todo el viaje encima del capo, y lo que han visto mis ojos no
lo verán en ningún otro lado, inmensas montañas, con campos de arrozales
impresionantes, un verde precioso, frio… como echaba de menos el frio, y aire
puro… como echaba de menos el aire puro, mis pulmones han vuelto a revivir.
Llegamos a Sagada y descansamos ya que volvió a caer la tormenta de la tarde,
luego aprovechamos a conocer el pueblo.
Señora mayor de 79 años llevada por los nativos desde el poblado a la carretera. |
Ganó el camino corto de 412 escaleras....
Nuestra pensión. |
3er Día: Cuevas de Sumaguing, sin palabras, hay que
hacerlas, si o si, entrar con un guía y su farolillo, por una cueva, en la que
no hay seguridad por ningún lado, la mano del hombre no la ha adaptado a su
gusto, oír los murciélagos encima de ti, sacarte los zapatos y ver cascadas de
agua y piscinas naturales dentro de la cueva… no se puede describir… me quedaría
corta… y es que para mí fue lo más increíble… volvería a ir una y otra vez. ¡Son
dos horas de excursión y se te hacen cortas! Luego fuimos a ver los ataúdes colgantes,¡cosa
única! El último que se colgó fue en el 2010, y no cuelgan a todo el mundo, ¡has
de tener unos requisitos! Y por la tarde… tormenta una vez más…
4to Día: Vuelta dura, cogimos un jeepney hacia Bontoc, de
Bontoc otro jeepney a Banaue, en Banaue esperamos 5 horas hasta que saliera el
bus a Manila, 9 horas de congelación y llegada a la ciudad a las 4 de la
madrugada… pero… la aventura valió la pena.
Guille ha aprendido a matar cucharas…¡¡ y yo he descubierto
que mi cuerpo puede tener agujetas en sitios que ni me imaginaba!!
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